Llegue desde mi blog eterno agradecimiento a los miles de camagüeyanos y camagüeyanas que, deteniendo mi paso por la calle sin importar si los conocía o no, me brindaron su apoyo incondicional a partir del nefasto 16 de mayo; a quienes enviaron cartas, mensajes electrónicos, llamadas telefónicas desde diferentes lugares de la Isla y del extranjero para darme a conocer su fraterna alianza, sin reparar en credos ni patrones políticos. Llegue a todos ellos, padres y madres de cualquier lugar de Cuba y del mundo, mi sincero abrazo y mi compromiso de luchar sin reposo por restituir la tranquilidad ciudadana que hoy permanece ausente en la nocturnidad de nuestras calles.
Agradezco también con efusiva emoción a los miembros del Ministerio del Interior que tomaron parte activa en la captura de los asesinos; a los que llevaron a cabo la investigación minuciosa, esclarecedora de hasta el menor detalle de los hechos; a la Fiscalía Municipal, Fiscalía Provincial y Fiscalía General de la República, cuyo interés en el caso estuvo a la mayor altura; a la comisión de peritos y su escrupulosidad, determinante a la hora de presentar las pruebas; al Tribunal Provincial que desarrolló un juicio con ética impecable; a los medios difusivos digitales de todo el mundo que se hicieron eco ante mi reclamo de justicia por la muerte de mi hijo.
Próximamente publicaré en este mismo sitio, tal y como lo expuso la fiscalía en la vista oral y a pesar de lo doloroso que me resulte, los pormenores de aquella infausta madrugada en la que una cuadrilla de delincuentes salieron a matar, sin móvil alguno que los motivara, a cuatro personas inocentes.
Pedro Armando Junco
Ileana, desde Espana
ResponderEliminarCuba es una finca yerma a la deriva. No hay gobierno, no hay instituciones, no hay sociedad civil, no hay empresas que funcionen... solo hay cuatro gatos en el poder viendo de qué manera seguirse agarrando de un rabo que cada día da menos.
El Estado no funciona, y tampoco hay economía privada ni se permite ninguna reacción ni iniciativa de la sociedad civil.
No sé quién podrá salvarlo, no sé cómo ese país podrá renacer de sus cenizas. Cómo volver a hacer funcionar primero una economía, luego unas instituciones, una seguridad jurídica, un sistema educativo o sanitario, un parlamento.
Los que vivimos fuera, intentamos día a día mirar para otro lado, que no nos duela, que no nos afecte, la evasión emocional a la que ya estamos acostumbrados, hasta que llega un huracán, un tornado o un accidente aéreo, y vuelven a tu retina las imágenes, la realidad, el dolor de un país que cada vez se parece más a Haití o a Uganda, peor aún, porque allí no llegan ni siquiera las ONG internacionales.
Crueles, ignorantes y mezquinos quienes desde su sillón le echan la culpa a los Estados Unidos. No los quiero ver ni leer ni saber de su existencia.
La causa, toda la causa, es un sistema comunista que no funciona ni ha funcionado nunca en ningún lugar y tiempo. Y unos regímenes dictatoriales, caciquiles, ignorantes, y cada vez más cutres que, podían haber usado otra, pero han usado esa supuesta ideología para sostenerse y para tener más sometidos aún a sus pobres pueblos.
Hasta cuándo.