CANIBALISMO SOCIAL

La semana pasada, a plena luz del día, me robaron la gasolina de mi moto en el parqueo del mercado El Hueco en la ciudad de Camagüey. Unas semanas antes, en la intercepción de las calles General Gómez y Lugareño, en el sitio conocido como parque de los gatos, aprovechando el pare y el apagón, dos individuos arrebataron la motorina a quien la conducía. Solo unos días después y a unos pasos de allí, mientras revisaba el celular sentado a oscuras en la puerta de su casa, otro señor fue objeto de un asalto.

No es la primera vez que vacían el maletero de una guagua interprovincial cuando viene de La Habana, con algún pasajero llegado "de afuera"; y así continuamente se entera uno que acosaron a este, que estafaron a aquel... Más reciente aún: al abrir las ventanas de mi casa, descubro a un grupo de personas en la calle, frente al almacén de correos de la plaza de Santa Ana, sitio por donde llegan todos los envíos de paquetería internacional de la provincia, y me cuentan que asaltaron el local y también robaron.

Tampoco puedo negar que aún existen personas buenas en mi pueblo, y una muestra de ello fueron los dos jóvenes dispuestos y desinteresados que me ayudaron a resolver el problema del hurto de gasolina para regresar a mi casa. Pero veo las noticias a mayor escala y descubro que también están ocurriendo sucesos inauditos como el de ese niño que se ahoga en el malecón habanero mientras personas insensibles filman la escena y nadie es capaz de lanzarse al agua para salvarlo. O el ataque de una lancha patrullera que parte en dos a otra más pequeña cargada de personas que pretendían escapar del país, y pierden la vida siete cubanos, entre ellos una bebita de apenas dos años.

En medio de una de la peores crisis económicas y sociales que ha vivido esta nación, se ha perdido el escrúpulo de muchos a causa de la generalizada miseria, multiplicada con el auxilio incondicional de los apagones. No pongamos en duda que esta insensibilidad ante los valores humanos, este canibalismo social, es fruto de una sociedad atrofiada por el estado totalitario y a la vez la fuente de graves problemas en el presente y el futuro de la isla.