jueves, 6 de julio de 2023

Verdades para un iluso y advertencia para quienes nos gobiernan


Dentro de sólo días se cumplirán dos años del levantamiento popular más grande que haya estremecido los cimientos del régimen cubano.
Aquel 11 de julio de 2021, gracias a la moderna intercomunicación de los teléfonos móviles, en casi todos los pueblos de Cuba, como por un efecto dominó, salieron miles de cubanos a pedir libertad y cambio de régimen.
Hay quienes aseguran que los apagones colmaron la copa de la miseria y que el miedo quedó disuelto por la necesidad de alcanzar el derecho a escoger su destino. 
Sin embargo, la respuesta del régimen fue la represión y el encarcelamiento de cientos de jóvenes, muchos de ellos mujeres y algunos menores de edad.
La otra solución estuvo en abrir la compuerta a los desesperados: la nación cubana perdió, en solo unos meses, medio millón de hijos. Dos años después continúan los apagones, pero se ha multiplicado la miseria. 
Solo un iluso desconoce que el país vive en callejón sin salida, donde el hambre hace catarsis en la población cuando descubre a un anciano que busca alimentarse en algún basurero o al niño que implora un pedazo de pan al primero que encuentra.
Hoy primero de julio, el iluso no encontró en la bodega su cuota mensual; no ha llegado a la misma ni siquiera el poquitín de aceite del mes pasado, que desde tiempos inmemoriales se le garantizaba. Ya el cambio del dólar está a 220 por uno, por lo que el iluso cree que gana mucho dinero al vender una fruta bomba en 200 pesos. Y de esta manera se ha convertido nuestra sociedad en un pueblo de idiotas antropófagos que se devoran entre sí, pero nadie produce ni tiene interés por hacerlo. He allí uno más de los motivos de la delincuencia y el crimen generalizado.
Para colmo el dengue y su futuro incremento, porque no hay siquiera productos de fumigación. Nuestros médicos trabajan por amor y por la bondad de sus pacientes, porque un salario menor de 6000 pesos representa menos de un dólar diario; y cada vez nos quedan menos médicos.
Estas son sólo pequeñas aristas de la realidad que vive el cubano hoy, mientras quienes dirigen el país viran la cara desde sus emporios millonarios, y le repiten al iluso que cree, gracias al monopolio de sus medios, que hay que ser valientes y resistir, porque la culpa es del imperialismo y del bloqueo.
El problema está en que puede haber otro 11 de Julio a las puertas y sus consecuencias son impredecibles.

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