Luego de hacer pública en el blog la crónica Criterios, he recibido opiniones disímiles por parte de varios amigos. Cada persona tiene puntos de vista tan personales, de mayor o menor profundidad según su intelecto, que he podido constatar que todos, hombres y mujeres, son capaces de opinar con singularidad sobre cualquier asunto a todos apropiable. Al echar a un lado el fardo de la censura y la doble moral, es muy interesante escuchar ideas ajenas, ponerlas en tela de juicio y sacar conclusiones propias y originales.
Cierto que no es la hora de sembrar la duda, como tampoco lo es de caer en la demagogia hipócrita que muchos pretenden sembrarnos. La hora es para calzarnos los pantalones hasta la rodilla y trabajar juntos por el porvenir de la Patria, no importa cuál sea el mañana que nos aguarde. Decir la verdad con objetividad suprema. No callar errores ni salpicar con agua bendita los malos manejos cuando provienen de personalidades importantes.
Desde España, otro amigo que aprecio como a hermano, me señala al respecto de mi opinión sobre la reciente apertura migratoria:
Lamento no coincidir contigo, la reforma migratoria es una pequeña mejoría para el cubano medio, ahorro d dinero para ese cubano a la hora d viajar pero las limitantes están igual q siempre, ahora el pasaporte se convierte en el permiso d salida, ellos pueden negar la emisión del pasaporte a quien quieran, para eso dejaron abierto el camino. A los disidentes, los profesionales, etc., no les será emitido dicho pasaporte,(q ahora cuesta el doble y en una moneda q ustedes no ganan). Para empezar nunca tenía q haber existido reforma migratoria pq nunca debían d haber violado impunemente los derechos d los ciudadanos. Tampoco coincidimos en la opinión q tienes del presidente y su camarilla, no amigo, no hay solución. Tampoco es tan fácil lo de repatriarse, q dicho sea d paso no me pasa por la cabeza en este momento. Sinceramente te noto muy entusiasta y me alegro por una parte, q es bueno para el estado emocional, por otra no me alegro pq te puedes llevar una gran desilusión.
Q no coincidamos no debe ser motivo d malos entendidos, aquí aprendí q se puede convivir perfectamente con personas d ideas distintas, donde todos tenemos q pensar igual es allí y por suerte esa mala costumbre la perdí. Así q, hermano, espero q el equivocado sea yo pero me temo q no es así.
Recibe un fuerte abrazo, saludos a Celina y la niña, cuídate mucho, Luis.
(He respetado la ortografía y la sintaxis del original)
Recuerdo cuando mi amigo optó por marcharse de Cuba, cuando nos abrazamos por última vez en el aeropuerto. Estaba “ahogado” y “señalado” por el Régimen, por haber sido un duro crítico del Gobierno: no se le admitió como miembro en la Unión de Escritores y Artistas a pesar de estar catalogado como uno de los mejores fotógrafos de la provincia. Se sintió traicionado hasta por un amigo que sirvió de informante de sus conversaciones a la policía política. Se marchó solo, defraudado en sus aspiraciones, y algunos años después sacó a su familia. Recuerdo cuando le dije: “Si te llevas a las niñas y crecen y se casan en España, no pienses más en regresar a Cuba, porque tus nietos nacerán españoles y no les interesará Cuba para nada, y uno se debe a la descendencia.”
Hasta ahora ningún menor de edad podía marcharse del país a no ser definitivamente. No obstante, a partir del 14 de enero del próximo año, eso quedará solo como una mancha de la historia. Ahora todo el que se expatríe no sufrirá la pérdida de sus inmuebles y sus carros, cesará la prohibición de regreso y no habrá más necesidad de un aval para marcharse.
Con respecto a que ahora el pasaporte asumirá el oficio de la Carta Blanca, no lo pasé por alto en mi artículo Nuevas aperturas migratorias cuando dejé escrito:
No obstante, queda cierto escepticismo en la población: Hay quienes aguardan una mueca postrera que revierta el optimismo generalizado y limite las representaciones que cada cual ha originado en sus cabezas. De hecho, el inciso D del artículo 23 plantea que los ciudadanos cubanos residentes en el territorio nacional no pueden obtener pasaporte corriente cuando razones de Defensa y Seguridad Nacional así lo aconsejen. Este pequeño detalle, suelto al descuido dentro del decreto liberador, escamotea el sentido general de la intención ya que, gracias a dicho acápite, se le puede impedir a un ciudadano cualquiera la expedición de su pasaporte basándose en una acusación subjetiva.
¡Claro que nunca debieron existir esas restricciones! Pero existían. Y precisamente, el mérito de nuestro actual Presidente está en haberlas revocado. España nos sometió, cometió crímenes horrendos con nuestros antepasados, ¿no es cierto? La España de hoy abre los brazos a los cubanos y los acoge como hijos. ¿No hay mérito en la España de hoy?
Puedo decirle desde aquí a este amigo que tanto quiero, que ahora en Cuba pueden tenerse opiniones diferentes. Que si no podemos expresarlas todavía en altavoces por los medios difusivos, más temprano que tarde podremos hacerlo. Que la tarea es construir ideas positivas, siempre con respeto y voluntad bienhechora e indulgente, dejando a un lado las heridas y las cicatrices.
–Amar es más útil que odiar –sentenció el Apóstol. Y si, para desdicha tuya y mía y de todo el pueblo cubano, el equivocado sea yo…, puede que no lo veamos, hermano querido, pero vendrán tiempos que apuntalen mi fe en el futuro.
Pedro Armando Junco
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