Sin embargo, no estarán
respetados en su totalidad los derechos humanos en Cuba mientras no exista una
libertad de prensa absoluta, mientras la población no tenga oportunidad de
encontrar un sitio donde manifestarse con ética al margen de los tamices
estatales, mientras cualquier ciudadano carezca de acceso a informaciones desde
cualquier sitio y vengan de donde vengan, como es el caso de la negativa a
Internet.
Y aquella misma noche,
frente al televisor, apareció otra noticia alentadora: el sitio Cuba
dice. Un espacio para que la población pueda evacuar sus cuestionamientos
y hacerlos llegar a oídos propiciatorios. Me sentí alentado. Pero sucede, como
siempre, que encontré de inmediato dos obstáculos premeditadamente colocados
allí para impedir el resultado feliz que todo el pueblo desea y necesita. Algo
así como una Enmienda Platt a lo cubano. Los yanquis dijeron aquella vez: “¡si
quieren independencia, firmen la
Enmienda, o no hay independencia!” En el caso al que me
refiero dicen: “¡si quieren quejarse lo hacen mediante nosotros, o no se
quejan!”. Y es allí el obstáculo: si algún ciudadano expresa “algo”
discordante, Cuba dice no lo dice (valga la redundancia) y se lo
calla. El segundo obstáculo está en que los que tienen que escuchar esas quejas
no dan la cara. Bonito sería que cada queja pueda debatirse frente a frente a
un funcionario que tenga el deber no solo de responder el cuestionamiento, sino
la obligación de poner en práctica el remedio.
Pero en el camino
estamos. No pertenezco al grupo de los que, aunque rabien por dentro, callan
por temor a perder las prebendas; pero tampoco dejo a un lado la esperanza de
cambios muy positivos, hasta ver a los cubanos con los mismos derechos
disfrutados por los pueblos de “gobiernos hermanos”: libertad de expresión por
todos los medios; libertad económica total, incluyendo la revocación de los
decretos que hoy prohíben al pueblo consumir algunos alimentos proteicos;
capacidad ciudadana real mediante otro partido socialista para escoger quien ha
de ser nuestro próximo gobernante el día que el actual presidente se retire.
Pedro Armando Junco
Me encuentro dentro d esos incrédulos q mencionas y mantengo firmemente ese recelo.Veo por fortuna q tú no y expones cosas muy valientes por las q te felicito.Ojala esté yo equivocado y podamos seguir contando con tus formidables artículos,un abrazo.Luis Carracedo Roque.
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