lunes, 30 de noviembre de 2020

El show mediático

Si algo llamativo tiene el léxico oficialista, son las consignas estereotipadas. Es el modelo implantado desde los primeros momentos del triunfo de la revolución, heredado a pie de letra por sus continuadores.

Llamar "gusanos" a los opositores, "bandidos" a los guerrilleros que se rebelaron en el Escambray, "mercenarios" a los invasores de Bahía de cochinos, "bloqueo" al embargo económico y muchos más, han sido títulos sembrados en el cerebro de la población, igual a tatuajes con tinta china.

Por eso, este último eslogan: "show mediático", enriquece el acervo incultural de una masa que lo mastica, lo traga, lo metaboliza, y luego lo suelta con la naturalidad de una defecación perfecta. 

El "show mediático" es uno más de esos estereotipos que una vez aprendidos no requieren de mayor esfuerzo cerebral para el relleno de un discurso y su fácil interpretación; es un simplísimo estilo para hacerse entender mejor, con palabras distintas, ante una audiencia dócil y poco exigente.

Sin embargo, para el análisis real de esa frase peyorativa, hay que preguntarse: ¿cuál fue el show mediático verdadero? ¿Sería el de los cientos de artistas e intelectuales que se plantaron por voluntad propia frente a la sede del Ministerio de Cultura, o el de los jóvenes estudiantes convocados por el gobierno en el parque Trillo con todo el andamiaje de un buen circo?

Ha fallado usted otra vez, señor presidente. No solo por esa absurda convocatoria, sino por vestir la bandera cubana como pulóver. Además de ridículo, ha faltado el respeto a nuestra enseña nacional de la misma manera que lo hizo Denis Soliz.

Si en Cuba existe una Constitución y un Estado de Derecho, usted debe ser detenido, juzgado sumariamente, y condenado también a ocho meses de prisión como aquel joven de San Isidro, para que el pueblo considere justas ambas medidas.

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