miércoles, 15 de abril de 2020

Hospital de niños en Santa Clara

Una compañera de mi hija mayor, residente en España, le pasó un audio
en el que recomendaba cuidado extremo con sus hijos. Según su amiga
Cuba mantenía setenta niños infectados de Covid 19.
Como es natural, mi confianza en las noticias oficiales cubanas de
hoy, no se hizo esperar:
–Eso no es más que propaganda enemiga–le dije–. Nunca como ahora,
gracias a la joven dirección del país con ideas más lúcidas y claras,
Cuba ha llevado con total transparencia hasta la última notificación
de esta pandemia.
Pero ayer, el propio Noticiero Nacional de Televisión ha dado a
conocer de un hospital pediátrico exclusivo para menores de edad en la
ciudad de Santa Clara. Incluso hay testimonios bastantes conmovedores
de algunas doctoras, cuyo sufrimiento es notable al momento de
comunicar la noticia del contagio a cada adolescente infectado, los
cuales lloran y se afligen desconsoladamente.
¿Será que continuamos en las mismas condiciones de ocultamiento de las
noticias poco halagüeñas que han conseguido la desconfianza de una
gran parte de la población cubana? ¿Será que los redactores y quienes
los ordenan no quieren aceptar que ocultar la verdad es la manera con
sucia de mentir? ¿Qué la mentira y el ocultamiento de la verdad son
hermanas gemelas?
No hay justificación para decir que esto se hace para no sembrar
pánico. Si es una realidad dígase, porque los cubanos estamos
preparados para todo. ¿O me equivoco?
. Tampoco podemos continuar con la doble moral de pedir que no se
politice el problema del coronavirus. ¿Y qué hacen por la televisión
esos comentaristas cotorras todas las tardes y las noches en los
noticieros? ¿Eso cómo se llama?
Pienso que es hora de dejar a Trump tranquilo con su olla de grillos y
ocuparnos más de la nuestra. Aplaudir a nuestros médicos, defenderlos,
tenerlos como héroes. ¡Eso sí! Héroes son quienes salvan vidas y se
exponen a pecho abierto ante una enfermedad tan peligrosa como la que
nos ocupa. No son héroes los que matan, ni nunca lo serán, sea por la
causa que sea. Héroes fueron Cristo, Gandhi , Luther King y más aún
porque murieron asesinados, como seguramente están muriendo muchos
trabajadores de la salud en todo el mundo por salvar la vida de otros.
A nosotros nos corresponde obedecer las orientaciones del ministerio
de salud pública, disposición que está muy lejos de tomarse en serio
todavía por la parte imbécil de este pueblo. A nuestros dirigentes
atañe continuar en la lucha por crear las condiciones propicias para
los once millones de ciudadanos que están bajo su sombra… y a nuestros
periodistas trabajar… Sí, como Lázaro Manuel Alonso, Talía González y
muchos otros que andan en la calle recopilando información para los
que permanecemos en la casa. Pero a los cotorras, que para qué
mencionar sus nombres si todo el pueblo los conoce y hasta los
repudia, que suelten al imperialismo de una vez y callen sus
chácharas, que "al César lo que es del César y a Dios lo que es de
Dios.
Pedro Armando Junco.

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