miércoles, 27 de octubre de 2021

El hombre que amaba los misiles


El régimen cubano toma como suya la iniciativa de mantener a Latinoamérica libre de armas nucleares y se proclama como adalid de la paz. Una y otra vez, con esa facultad cínica que lo caracteriza, el canciller de Cuba lo repite ante el mundo y pretende inyectar su pacifismo en las generaciones de cubanos que ni soñaban con nacer hace 59 años.

Solo el irrespeto más sórdido por la verdad es capaz de proclamar a "Cuba" como paladín en la demanda de la "no proliferación de armas nucleares en América Latina", cuando los únicos dos misiles atómicos que hollaron alguna única vez tierras latinoamericanas fueron instalados con fines bélicos en nuestro país a comienzo de los años sesenta, originando la tan conocida "crisis de los misiles", eufemísticamente vomitada al pueblo como "crisis de octubre" y que pusiera al mundo al borde de otra confrontación global.

Aviones U-2 norteamericanos fotografiaron dos ojivas nucleares al sur de Matanzas y, de inmediato, el presidente Kennedy ordenó el bloqueo a Cuba –un bloqueo de verdad, rodeando a Cuba con barcos de guerra norteamericanos– mientras dictaba un ultimátum al premier soviético Nikita Kruschev, para retirar los misiles. Y mientras se gestionaba entre ambos líderes mundiales el diferendo para una salida pacífica a la crisis sin tener en cuenta al jefe de gobierno donde se hallaban instalados los aparatos, el empequeñecido y subvalorado dueño de la finca, escribió esta misiva apocalíptica, digna de ser estudiada hasta por nuestros adolescentes en sus clases de historia.         

    La Habana, Octubre 25, 1962

 Querido Camarada Krushchev:

 Partiendo de un análisis de la situación y de los reportes en nuestra posesión considero que la agresión es casi inminente dentro de las próximas 24 a 72 horas.

Existen dos posibles escenarios: el primero y más probable es un ataque contra ciertos puntos con el limitado objetivo de eliminarlos; el segundo, menos probable aunque posible, es el de una invasión. Yo entiendo que esta variante demandaría el tener que involucrar un gran contingente de fuerzas y es en adición la más repulsiva forma de agresión, lo que podría ser razón que se abstuviesen de hacerlo.

Puede usted estar seguro de que de una manera firme y resoluta resistiremos el ataque no importa su naturaleza.

La moral del pueblo cubano está muy alta y el agresor será confrontado heroicamente.

En este momento quiero hacerle partícipe de mi opinión personal.

Si el segundo escenario es implementado y los imperialistas invaden a Cuba con el objetivo de ocuparla, el peligro que esa política agresiva representa para la humanidad es tan grande que tras tener lugar ese hecho la Unión Soviética no debe nunca permitir circunstancia alguna en que los imperialistas puedan ser los  primeros en lanzar un ataque nuclear contra ella.

 Le manifiesto lo anterior porque yo creo que la agresividad de los imperialistas es extremadamente peligrosa y que si ellos de hecho llevan a cabo el acto brutal de invadir a Cuba en violación de la ley y la moral internacional, ese sería el momento  para eliminar tal peligro de una vez y para siempre a través de un acto de legítima  defensa, y aunque se trataría de una solución dura y terrible no hay otra alternativa.

Ha influenciado en mi opinión el ver con cuánta agresividad esta política se está desarrollando. En ver como los imperialistas sin guardar consideración alguna por la opinión pública e ignorando los principios y la ley bloquean los mares, violan nuestro espacio aéreo y prepara una invasión mientras que al mismo tiempo frustran cada posibilidad de conversaciones aun cuando están bien conscientes de la seriedad del problema.

 Usted ha sido y continúa siendo un incansable defensor de la paz y comprendo cuán amarga esta hora debe ser cuando el resultado de sus esfuerzos sobrehumanos es tan seriamente amenazado. Sin embargo, hasta el último momento mantendremos la esperanza de que la paz sea salvaguardada y estamos en la disposición de contribuir a ello tanto como podamos. Pero al mismo tiempo estamos listos para confrontar con serenidad una situación que consideramos bien real y bien inminente.

Una vez más le participo la infinita gratitud y reconocimiento de nuestro pueblo al pueblo soviético que ha sido tan generoso y fraternal con nosotros, así como nuestra profunda gratitud y admiración por ustedes en esta gigantesca tarea y la seria responsabilidad delante de ustedes.

Fraternalmente

 Fidel Castro

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