martes, 21 de marzo de 2023

CRÓNICA INVOLUTIVA

En mi cotidiano interés por catalizar opiniones diversas sobre las próximas elecciones de marzo, muchas son las sorpresas que recibo; pero ayer una mujer entrada en años marcó un antes y un después en mis averiguaciones.
Es casi un milagro de la memoria reconocer a una persona después de medio siglo. Nos habíamos conocido a final de los años 60, acabados de superar la adolescencia. Era ella una miliciana lindísima, que marchaba al compás de las consignas "Viva la Revolución", "Viva Fidel" y "Patria o Muerte". Nuestras relaciones nunca superaron una amistad muy frígida a pesar de mi interés por su figura: ella una joven extremadamente revolucionaria y yo el simple heredero de un "siquitrillado".
Las veces que discutimos sobre el tema me respondió con sorna:
--"Esta Revolución es mía, porque soy mujer, mulata y pobre; la expropiación de la finca ganadera de tu padre es un acto de equilibrio justo, para que mis futuros hijos tomen leche, coman carne, dispongan de un sistema de salud eficiente y gratuito, vistan con elegancia y puedan alcanzar una profesión decorosa. Y escogeré de marido, un proletario como yo, no un lumpen hijo de papá que me trate como a esclava", me dijo en una ocasión.
Han pasado más de 50 años desde entonces. Y ayer conversamos otra vez. Algunos de sus sueños se realizaron: se casó con un dirigente revolucionario y alcanzó una de las tantas viviendas confiscadas a sus legítimos dueños.
Pero su compañero proletario tenía la mano dura y pegaba sin guantes, tuvo que dejarlo, ya con dos hijos de él. La casa, ahora en pleno deterioro, le quiere caer encima, sin recursos ni economía con que arreglarla. Su hija se hizo médico y su hijo militar de carrera, pero ambos abandonaron el país hace algunos años, porque adujeron que sus nietos no subvivirían en la miseria.
Después de aquella confesión a grosso modo, le di a conocer el motivo de mis pesquisas: las elecciones del 26 de Marzo. Y esto fue lo que me dijo:
Hace más de 64 años que nos enseñaron a decir '¡Cuba va! ¡Cuba va!' Sí, Cuba va hacia el abismo, sufriendo carencias de todo tipo: desde alimentación y medicamentos, hasta agua. Nuestra vida se revuelca entre suciedades y engaños y no podemos protestar porque nos meten presos o nos hacen una guerra psicológica.
Las casas se nos caen encima por falta de materiales de construcción. Las calles están totalmente deterioradas y no hay transporte. Los apagones continúan y la distribución del gas de cocina y de combustible está en crisis.
Los hospitales son una maldición para los ingresados: sin medicinas ni alimentos, sin higiene en las salas y los baños y muchos enfermos mueren a causa de esa insalubridad porque, ni con qué limpiar tienen.
La educación gratuita es pura ideología, y muy poco se aprende porque se oculta la verdad cuando adoctrinan a nuestros hijos diciéndoles que este sistema es lo mejor del mundo. Así logran engañar a muchos niños, hasta que crecen y se dan cuenta de que todo es una falacia perversa. A partir de allí solo piensan en marcharse aunque sea para el mismísimo infierno.
El graduado de la universidad prefiere trabajar de bodeguero, o vendedor ambulante, o en cualquier otro sitio donde gane más, porque lo que paga el gobierno a un profesional no alcanza ni para mal comer una semana.
No hay orden ni . Los corruptos hacen lo que les viene en ganas: roban, asaltan, asesinan, seguro de que las autoridades solo se ocupará de reprimir a los opositores
Y quienes hemos intentado vivir dentro del marco de la ley, nos vimos obligados a robar o comprar lo que otros roban, como única opción de sobrevivencia. A eso nos enseñaron. En Cuba roba desde el director de la empresa hasta el que limpia el piso, y todos lo saben.
¿Votaré por un gobierno lleno de promesas y mentiras, que como todo perdedor echa las culpas a otro? ¿Votaré por un gobierno que no puede asegurar las necesidades básicas de su pueblo? ¿Votaré por un gobierno que quiere controlarlo todo, pero no lo consigue? No, definitivamente, yo no votaré.

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