sábado, 16 de marzo de 2024

Las plagas de Cuba


En Cuba las plagas no han dejado de azotar al pueblo desde los mismos comienzos de la revolución. Y lo peor: se especula que fueron prescritas por el diablo.

Las primeras de todas fueron las mentiras y el engaño, al prometernos libertad y prosperidad infinitas, adiós a las armas, y la creación de un hombre nuevo que convertiría a Cuba en faro de América y del mundo.
Y es, precisamente en la primera década de este gobierno, cuando se eliminan por completo la libertad de expresión, la libertad de prensa, y se tornan rutinarios los fusilamientos y las grandes condenas carcelarias contra la disidencia.

Paralelo a esto se llevaba a cabo la aniquilación total de la propiedad privada, comenzando por las grandes compañías extranjeras que consolidaron la industrialización del país, luego la intervención de capitales autóctonos con sus grandes y pequeños comercios, y por último la confiscación de, hasta la tijera y el peine del barbero y el cajón del limpiabotas ambulante.

Esa defenestración social de hasta el más pobre de los negocios privados, fue tildada de burguesía criolla; y en paralelo se crearon los campos de las UMAP en los que recluían por la fuerza a religiosos, homosexuales y opositores.
Esta represión desató la plaga del éxodo y se marcharon del país no sólo los "siquitrillados", sino los más profesionales y emprendedores, creando un vacío en el arte la educación y la intelectualidad que nunca más volvió a recuperarse.

Y Cuba se prendió de la teta soviética durante más de un cuarto de siglo. Nos convertimos en una sociedad parásito y aprendimos a vivir del cuento sin trabajar.
Agotada ésta apareció Chávez y degustamos Venezuela hasta dejarla en ruinas. Y de entonces acá ambas repúblicas, se discuten el primer lugar en la miseria de latinoamérica.

El éxodo masivo retomó y superó sin precedentes los lugares históricos, ocasionando estas últimas plagas: escasez y subida de precio de combustible, reduciendo al mínimo la movilidad del transporte; escasez de medicamentos que pone en riesgo la vida de la población sobre todo de ancianos con enfermedades crónicas; la escasez de agua, causa directa de la insalubridad; reducción, retraso y fallo de la canasta básica y su imprescindible bolita de pan diaria, único alimento que llevan al estómago los miles de mendigos callejeros que deambulan por las calles.

Por último, la plaga de apagones que, según el criterio de los especialistas, no tendrán solución a corto plazo. La solución, creo yo, está en abrir las aguas del Mar Caribe, no para que escape el sufrido pueblo cubano, sino para mostrar el camino a los perpetuadores de estas plagas.

domingo, 10 de marzo de 2024

MUJER CUBANA

 
Recuerdo que, cuando yo era un parvulito melindroso, me reía de mamá sentada frente a mí, casi queriéndome empujar el plato de comida por la boca, mientras le escuchaba decir en ruego: 

—Toma, mijo, que lo que tú tragas es a mí a quien alimenta. 

Y yo me carcajeaba ante tal mentira. 

Muchos años después, cuando mi niña melindrosa se negaba a tomar bocado fue que comprendí la veracidad de sus palabras. Y esa, la cualidad de madre, es sólo una de las tantas facetas que muestran la superioridad de la mujer. 

Dios la creó más delicada: con la piel más tersa, con la voz más dulce, con los besos más húmedos... ¿Qué hombre supera a la mujer en el momento de entregar un órgano de su cuerpo para salvar a un hijo, en vestir la bandera de la patria para llamar al tirano por su nombre, en acompañar como guerrera el eterno batallar por la justicia? 

Sin embargo, y a pesar de la cacareada igualdad de la mujer en Cuba, nada está más lejos de la verdad. No existe una ley que las proteja de los acosos de la calle o de la violencia machista, razón principal de los feminicidios. 

En materia de economía, nuestras profesionales, sobre todo en educación y salud, perciben salarios ridículos a despecho de sus estudios y sus títulos. 

La mujer cubana soporta hoy, como nunca antes, la ruptura familiar por el éxodo de los más allegados a su sangre. 

Pero las más desdichadas de todas son aquellas que padecen encarcelamientos injustos por razones políticas, mientras los dirigentes del país hacen oídos sordos a los reclamos del mundo civilizado. 

Por eso hoy toma especial vigencia aquella sentencia del Apóstol: "hay tanta bondad en las almas de las mujeres que, aun luego de engañadas, de desesperanzadas, de encallecidas, dan perfume".

VALORES

Ayer, uno de los equipos electrónicos de mi casa presentó problemas y tuve necesidad de buscar a un especialista para que lo arreglara. Cuando di con el hombre se quedó mirándome unos segundos, pero no dijo nada. Dejé el equipo en su oficina y cuando fui a buscarlo hoy, ya compuesto, se negó rotundamente a cobrar su trabajo. 

—Al menos permítame una propina—, le dije.
—No amigo mío —me respondió. Usted me ha pagado, y mucho, al tomar mi voz y decir en público lo que yo no he tenido valor de expresar. 

Unas horas después, cuando fui a la bodega a buscar el pan —que por fortuna, vino hoy— con este asunto de la libreta nueva, el joven dependiente se equivocó y me echó una bolita de más. Al devolverla, como es natural en cualquier lugar del mundo, el muchacho expedidor quedó pasmado ante mi actitud y al reaccionar sonrió como el que mira un bicho raro. 

Hace solo minutos, escuché el pregonar de un vendedor de papas en bicicleta. Salí a su encuentro con una jabita de nylon y mi pequeña pesa electrónica en las manos. 

—¿A cómo es la libra?
—A 200.
—Dame una, pero yo rectifico con mi pesa, porque ayer otro vendedor callejero nos estafó con su pesa adulterada. 

El carretillero no me puso objeción y hasta me permitió escoger las papas. Al ver que estaban sanas y grandes, eché en la jabita hasta pesar dos libras. Le di un billete de 200 y subí a mi casa, que fue allí cuando me percaté de haberle pagado sólo una libra. Acto seguido, corro a mi cartera y logro alcanzarlo cuando ya se marchaba: 

—Mira, yo te pagué una libra pero tomé dos —le dije alcanzándole el resto del dinero que faltaba. 

El carretillero quedó estático ante mí, mirándome desde la cabeza hasta los pies, con el embobamiento de quien acaba de avistar un marciano. 

Actitudes como estas, que encajan dentro de la normalidad de una sociedad civilizada y culta, resultan extrañas en la nuestra. Y así es Cuba hoy: en la que un acto de honradez sorprende más que un acto delictivo. Esa no es la nación que soñamos dejar establecida a nuestros hijos, porque los valores humanos serán mucho más difíciles de recuperar que la economía y la justicia.

Cuidaos de los idus de marzo


Para marzo se pronostican y hasta se anuncian grandes cambios.
Del lado de allá, por la televisión se advierten próximas restricciones adicionadas a las ya existentes, sobre todo en suministros alimentarios. Aunque, como es natural, echando la principal culpabilidad al "bloqueo".

Del lado de acá las personas especulan síntomas aún peores y hasta lo expresan en voz alta:
-¡Esto no lo habíamos visto nunca antes! ¡Tenemos hambre; el dinero no alcanza! ¿Qué piensan con este pueblo...?- casi gritó en la cola del pan una viejecita humilde en clara referencia a quienes dirigen el país; y comenzó el cuchicheo bajito de los presentes, sin que alguien le saliera al paso como le está orientado hacer a un "buen revolucionario".

Porque en realidad la situación es alarmante y no se vislumbran soluciones a una crisis generalizada que comienza en el desabastecimiento de la alimentación y medicamentos por medios estatales, con su proyectado paquetazo de excesivos precios; continúa con el deterioro de las infraestructuras habitacionales y de transporte; socava instituciones tan básicas como la salud y la educación, y termina con apagones continuos varias veces al día, sin un proyecto de solución creíble.

La miseria se generaliza en la multiplicación de los mendigos callejeros que morirán de hambre; los servicios funerarios no cuentan con un mínimo de respeto a la dignidad del fallecido, que se le vela a oscuras en el cubículo de la funeraria durante las horas de apagón y espera en cola por el único carro que lo conduce al camposanto a la hora del sepelio, porque hasta el crematorio permanece cerrado.

Para colofón, la delincuencia se generaliza y abarca, desde los vendedores ambulantes que pululan y estafan a diario por las calles, hasta los que asaltan y apuñalan y matan por robar un celular o una motorína.

«Los idus de marzo ya han llegado»; dijo el César en tono burlón al vidente que lo había advertido del peligro cuando iba de camino hacia el Senado; y el vidente respondió compasivo: «Sí, pero aún no han concluido».
 Unas horas después Julio César caía apuñalado por quienes hasta el día anterior lo defendieron... 
Y en el avión presidencial no caben tantas personas.

martes, 27 de febrero de 2024

LAS RECETAS DEL ABSURDO

 
Me asusta vivir en un país donde los que maldirigen lanzan públicamente disparates que sólo se les ocurrirían a personas dementes. En el desesperado esfuerzo por ocultar el hambre que padece este pueblo, el más veterano de nuestros "históricos" aseguró que un avestruz ofrece mayor productividad que una vaca, porque esta pare al año sólo un ternero y aquella incuba varios huevos en el mismo periodo. 

El recién defenestrado ministro de la Industria Alimentaria, sugirió el consumo de tripas de gallina. Otro cuadro de la nomenclatura orientó que hiciéramos un hueco en los patios de nuestras viviendas y lo llenáramos de agua para criar peces, porque de esta manera resolveríamos la necesidad de pescado en la isla. 

Desde el limón como base universal hasta la cáscara de papa, la lista es tan absurda como interminable. 

Ante tales grotescos, quisiera preguntar: ¿dónde ha implementado aquel histórico su cría de avestruces y cuáles son los platos favoritos en su dieta? ¿con qué aliña los espaguetis de tripas de gallina el exministro de la alimentaria en su casa? ¿cuántas raciones ofrece a la familia del alto funcionario su estanque de tilapias en el charquito del patio? ¿entre Frei Betto y Díaz-Canel prepararán una fritanga de cáscaras al limón? 

No se molesten en contestar. La solución alimentaria de este pueblo es mucho más sencilla de como nos la hacen suponer: abrir la economía con absoluta libertad de comercio a los productores, sin entrometimiento estatal; eliminar esos organismos que manipulan la agricultura con su monopolio —como Acopio— y las entidades pesqueras que frenan la explotación de nuestros mares y lagos. 

Aun mejor sería, paralelamente a la solución del problema alimentario, para reducir la inflación y dar mejor sentido a la moneda nacional, erradicar todas las asociaciones parásitas de la propaganda política que, a la vez de consumir salarios ociosos, castran la creatividad y persiguen el trabajo individual. En fin, el éxito estaría en incentivar a todo el que produce, en vez de acosarlo con inspecciones y decretos, o tratar de engañar al pueblo con recetas del absurdo.

SAN VALENTÍN

El 14 de febrero es una fecha insoslayable, como el día de los Reyes Magos o el día de las madres. Es el día de San Valentín o de los enamorados, aunque también se le llama actualmente del amor y la amistad. Y no está mal dedicar un día del año al sagrado concepto de la amistad. Pero sucede que los orígenes de esta celebración tienen sus raíces en la historia de un mártir católico que, desoyendo la orden de prohibir el matrimonio bajo votos cristianos en la Roma imperial, casaba a los jóvenes en secreto. Por su desacato y su fidelidad al amor, fue ejecutado. 

Recuerdo cómo celebrábamos esta fecha cuando era pequeño, antes de la llegada del socialismo a Cuba. Los comercios estaban colmados de regalos alegóricos al amor de pareja: postales con frases y tiernas imágenes, cajitas con bombones de chocolate, ramilletes de flores con sus tarjetas para la dedicatoria, cristalería de corazones enlazados y tantas cosas más... 

Ese día era el propicio para pedir la mano de la novia y entregar los anillos de compromiso. También era ideal aquella fecha para celebrar el matrimonio, casi siempre por la iglesia; para que el esposo sacara a la esposa amada, elegantemente vestidos los dos, a cenar en un acogedor restaurante o realizar un paseo de esparcimiento, proyectado con anterioridad a un sitio determinado. 

En el campo, nuestros guajiritos quizás desconocían el origen de la festividad, pero iban vestidos "de domingo" a visitar temprano a sus muchachas y les llevaban como presente prendas de vestir, flores y un paquetazo de cariño que se les desbordaba por los ojos. Quizás no se casaban por la iglesia y hasta esquivaban el notario, pero raptaban a la novia la noche de esa fecha, para años después decirle a sus muchachos otro 14 de febrero: 

—Un día como hoy tu madre y yo nos casamos.

EL NUEVO ANTAGONISMO

Este mes se cumplirán dos años desde que Rusia, el país con mayor arsenal nuclear del planeta, invadió a Ucrania para arrebatarle un pedazo más de su territorio. Hasta Putin pensó que la llamada "operación militar especial" duraría, si acaso, una semana, y que el mundo permanecería indiferente, como cuando años atrás arrebató a los ucranianos la península de Crimea. 

Pero esta vez no fue así, porque las democracias occidentales se alinearon con Ucrania y cooperan en la defensa del territorio más oriental de esa nación. El saldo de muertos, hasta ahora, aunque impreciso, se sitúa por encima de los 400 mil soldados entre ambos bandos y más de 10 mil civiles, según informes recientes de Naciones Unidas. 

A este lamentable conflicto, el 2023 añadió otra escalada de violencia en la añeja disputa por la franja de Gaza, cuando el grupo terrorista Hamás atacó una celebración del pueblo israelí. Los muertos, desde entonces y luego de una implacable contraofensiva de Israel, suman más de 20 mil. 

De este lado del mundo, los últimos sucesos de Ecuador ponen sobre el tapete la realidad de un conflicto que involucra a muchos otros países. Porque ya no es Putin y sus ambiciones hegemónicas, ni la vieja pugna entre judíos y palestinos, ahora también es la lucha abierta entre las bandas de narcotraficantes y los gobiernos. Es la guerra de la ambición y el odio contra la estabilidad en el mundo; del desorden contra la institucionalidad. 

Ya no se trata de izquierda contra derecha, sino del despotismo y la violencia contra la democracia y la paz. Este es el nuevo antagonismo que hace iguales a Putin, Hamás o cualquier narco sobre la tierra. En Cuba, donde seguimos padeciendo el lado oscuro de la antigua división política, ya nos lo había advertido, con su luz, el Apóstol: "Los hombres van en dos bandos: los que aman y construyen y los que destruyen y odian".