domingo, 28 de febrero de 2021

Plaza Méndez

Para aquellos que no conocen a Camagüey, les cuento que la Plaza Méndez es un sitio poco conocido por los viajeros que cruzan, por hallarse alejado del ferrocarril y la carretera central. Después de la plazuela asfaltada, el lugar se abre en una Ye que conduce a los repartos Edén y Villa Mariana por la izquierda y a Buenos Aires por la derecha. Dentro de esa Ye está el parque colmado de árboles y bancos en que una multitud espera en colas, cada día, la venta de muslos de pollo o de aseo personal. En realidad el nombre de ese parque es "Joaquín de Agüero".

¿Por qué se llama así? Porque hace 170 años, casi dos décadas antes que Céspedes iniciara la Guerra, cuatro insignes "principeños" –recordemos que Camagüey toma su nombre a partir de la independencia– cayeron fusilados en ese lugar, cuyo obelisco es símbolo de patriotismo y rebeldía.  

El 12 de agosto de 1851 cuando fusilaron en la Sabana de Méndez a Joaquín de Agüero, Tomás Betancourt, Fernando de Zayas y Miguel Benavides, –se cumplirán dentro de unos meses 170 años– muchas damas de esta ciudad se cortaron el cabello en señal de luto y un niño de diez años de nombre Ignacio consiguió guardar en las cuatro esquinitas de su pañuelo la sangre que manaba de los ataúdes de esos mártires. Por eso creo que no han sido capaces 17 décadas para que Marisol Peña y Leyanis Heredia, junto a Yasmani Suárez y Adrián Quesada, olvidaran el grito de libertad que aquellos patricios dejaron sembrados a orillas del río Méndez. ¡Cuatro aquella vez! ¡Cuatro son ahora, incluyendo a dos féminas, que sin cortarse el cabello siquiera, sino por gritar públicamente PATRIA Y VIDA, fueron arrastradas por las fuerzas policiales de la misma forma a como lo hacen los carabineros en Chile!

Allí está el video. Hay que reproducirlo íntegro en el despacho del Presidente Díaz-Canel, en el buró del Primer Ministro Marrero Cruz, quien al hablar nos da a entender su preocupación por el pueblo de a pie. Hay que mostrarlo en Ginebra a la Comisión de Derechos Humanos en presencia de Bruno Rodríguez y, ¿por qué no, en el despacho de la Oficina Oval, para que el Presidente Biden sepa de qué manera hay que negociar con el gobierno cubano la distensión de relaciones y el embargo?

La Habana tiene a los Jóvenes de San Isidro. Camagüey tiene ya a los Jóvenes de la Plaza Méndez. Todos unidos, en cuadro apretado, laicos y creyentes, jóvenes y viejos, sin mirar diferencias de partidos ni criterios, porque la Cuba necesita Patria, Vida y Libertad.

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