El popular locutor camagüeyano, Jorge Jesús Morán Rizo, vive en la casa de su actual esposa, Anicia Rivas Rodríguez, una vivienda de sólo cuatro metros de ancho, en la parte baja de la Avenida de la Libertad. Magnífico lugar, a no ser cuando el río Hatibonico se desborda, como sucedió en la inundación del 2008, ocasión en que lo perdieron todo.
Desde entonces, en la parte trasera de la vivienda reposan algunos de los materiales semidesechos que llegaron para la reconstrucción tras el desastre, en espera del resto que un tecnólogo administrativo le prometió aquella vez y que aún no han llegado.
El dormitorio de Morán y su esposa es un pequeño cuarto levantado en la azotea, cuyo piso es una placa sin pulir. En la parte de abajo, donde me recibe como visitante, el hacinamiento impide distinguir algún espacio al que pueda llamársele sala, comedor o cocina.
Morán cumple, esta navidad, 73 años. Ha sido una de las voces más sobresalientes de la emblemática Radio Cadena Agramonte. Desde 1969, mozo todavía, supo engrandecer con su tenórica voz la popularidad de su emisora, primero como actor dramático y luego conductor de seriales y novelas, narrando noticieros y en múltiples ejercicios locutorios más, pero sobre todo en el espacio de mayor audiencia allende las fronteras provinciales: Zafra musical.
¿Cuántos que han entregado sin miramientos el gran tesoro de su vida al servicio de la comunidad habrán recibido el pago de Jorge Jesús Morán?
Con 54 años de ininterrumpida labor —Morán trabaja todavía de contrato— su pensión es de 2016 pesos mensuales, lo que no cubre ni de cerca, para él y su mujer, las necesidades diarias.
📷 Morán en su vivienda, el pasado 15 de diciembre (Pedro Armando Junco).
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