El pasado viernes cuatro de mayo
el blog La furia de los vientos cumplió su primer añito. Ya sabe
empinarse verticalmente y camina con rumbo establecido sin que lo lleven de la
mano. Sonríe a quienes lo visitan; aunque muchas veces, dentro de carcajadas
irónicas, esconde el llanto amargo de su impotencia. Pero no por ello dejo de
mimarlo, de fortalecerlo con la verdad más constructiva, de tener fe en él, para
que, como simple granito de arena, ayude a mejorar esta sociedad, este país que
tanto amamos y que tan necesitado está de hombres que digan lo que piensan para
el bien de todos, como –según Martí –es la mejor manera de ser honrado.
Hace hoy, exactamente un año,
que un amigo –cuyo nombre prefiero callar por el momento –me sugirió la idea de
configurar un blog solo mío y me ayudó a conformarlo. Este amigo piensa que la
autocensura es quien nos ha llevado a esta postura de inercia mental para la
crítica que daña la verdad universal de las cosas y por ende a nosotros mismos.
Y para sacar al exterior todo aquello que se ha venido madurando durante varias
décadas de vida y ha sido imposible hacer público por los medios de difusión
cubanos, vino en mi ayuda el blog La furia de los vientos. Solo un
libro mío de tema testimonial escapó a la censura de aquellos años grises,
obtuvo el premio David y fue publicado a nivel nacional en 1989. En
reconocimiento a este libro di título a mi blog.
Ante todo quiero saludar a quienes
siguen mi blog: a quienes lo hacen porque me admiran y les gusta conocer mis
criterios. Un abrazo grande, del hermano viejo que desea el bien para todos
por igual.
Ya son más de tres mil las
visitas. Estados Unidos, México, España y Cuba son los países donde más se abre
mi sitio. No están ausentes los demás países latinoamericanos y europeos, sobre
todo Rusia. Por desdicha en Cuba pocas
personas tienen acceso a Internet y pueden acceder a lo que escribo; de no ser
así, mis compatriotas gozarían del primer lugar por países. Con este serán
setenta los posted colgados durante
todo el año. Me he propuesto la difícil tarea de mantener una frecuencia
semanal; y digo difícil, no porque escaseen los temas y los deseos de decir
algo nuevo y propio, sino porque los avatares del quehacer diario, la búsqueda
constante –y también difícil –de conseguir honradamente el pan de cada día, las
limitaciones de navegar en Internet y otras muchas que se presentan a diario,
me roban el precioso tiempo que desearía ocupar en estar escribiendo algo para
comunicarme con todos ustedes.
Si de algo carece mi blog es de
los comentarios de ustedes. Un amigo de España me dijo que le era muy difícil
enviar un comentario cuando al abrir un artículo quería decirme algo al
respecto. No sé hasta qué punto pueda eso no estar errado, porque en ocasiones
sí recibo algún que otro comentario, pero casi siempre vía email. Quizás sea
que no he tenido el asesoramiento profesional necesario para configurar algunas
de las tantas opciones que ofrece el blog y que no he sabido explotar. De todas
maneras, mi petición queda establecida: escríbanme y comenten sobre lo que
digo, no importa la opinión me sea contradictoria: mi blog, si desea ser un
paladín de la liberalidad, lo primero que tiene que dar es el ejemplo.
Solo me resta agregar a este
discursito de cumpleaños, que me comprometo, mientras me sea posible, criticar
lo absurdo, lo anacrónico y lo contraproducente que vean mis ojos y catalice mi
cerebro. Sé que no soy el único en desear que nuestra sociedad salga adelante a
partir de la eliminación de leyes arbitrarias, trabas injustas, cese de
prebendas, alto burocratismo y malas administraciones que frenan el desarrollo.
Si La furia de los vientos ya celebra
su primer cumpleaños, da sus primeros pasos y ha lanzado los primeros gorjeos,
pidámosle a Dios le dé fuerzas e inteligencia para continuar su obra.
Pedro armando Junco
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