martes, 12 de mayo de 2015

VII Cumbre: un canto a la paz

Esperé a que se aplacaran un poco las expectativas sobre la VII Cumbre porque, como siempre sucede, después se cae en un silencio unánime. Ya la cumbre pasó. Ya Raúl y Obama se dieron las manos. Y solo algunos detalles previstos e imprevistos han salido del carril de lo cotidiano. Uno de los previstos fue la "bronca" a puñetazos que un grupo de cubanos progubernamentales propinó a otro grupo de cubanos opositores porque fueron a depositar una ofrenda floral ante el busto del Apóstol en Ciudad Panamá. ¿Qué habría dicho el Maestro si esa imagen sin vida hubiese sido transformada en el hombre vivo que fue hace más de cien años?

Y cuando todas las manos

Son pocas para el afán,

¡Oh, patria, las usarán

En herirse los hermanos!

 

Eso era previsible. Los cubanos progubernamentales no entienden que haya otro pensamiento válido que no sea el suyo, y lo han demostrado a golpes en cualquier sitio, inclusive en una tierra que no les pertenece. ¿Qué ha dicho el mundo?:"Si eso lo hacen en Panamá, ¿qué no harán en Cuba?

Sin embargo, paralelo a esto –y eso sí fue impredecible –, ante los rostros azorados de tres o cuatro mandatarios, Raúl declaró que "Obama es un hombre honesto". ¡Vaya sorpresa luego de más de 55 años! Por fin un presidente de los Estados Unidos es para "Cuba" un hombre honesto.

Se habló de historias reprobables. Más de uno habló de historias reprobables. Pero Barack Obama replicó que él nada tiene que ver con ese pasado y, sobre todo, que ahora es él quien representa a los Estados Unidos de Norteamérica.

Yo lo vi –y pienso que el pueblo de Cuba lo vio –llegar con las manos blancas y las palmas abiertas hacia arriba. Vino a ofrecer, no a exigir. Quizás Carter o Clinton lo hubiesen hecho de la misma manera, pero hay ocasiones en que se les escupe las manos a los hombres de buena voluntad. Para mí la VII Cumbre fue un canto a la paz, porque por primera vez, salvo algunos políticos incapaces de aprovechar las coyunturas, hubo respeto hasta para las políticas de países que no acatan a plenitud los derechos fundamentales de los pueblos, los derechos humanos. Tanto fue así que, aquellos que en el exilio mantienen criterios revanchistas, han criticado incisivamente la postura del presidente Obama.

Pero acá en Cuba, que es donde más importa, el pueblo se llenó de alegría y de esperanzas. Hasta escuché decir –y ese dicho me dejó muy preocupado y perplejo, por cierto –: "Si en Cuba realizan un plebiscito en este momento entre Raúl y Obama, el negro lo gana por amplio margen".

Me dejó preocupado porque, aunque nadie lo dice en público, hay una peligrosa tendencia anexionista en la población cubana en estos momentos. Y el gobierno cubano debe estar alerta sobre esta tendencia, no para reprimirla a golpes como ha sido costumbre desde hace décadas, sino para revertirla con mucho sentido de apoyo a una ciudadanía que solo ve como solución a su miseria marcharse del país en busca de los bienestares básicos que goza cualquier latinoamericano en sus respectivos países.

Para los que observamos entre líneas el desarrollo de los acontecimientos y no el sentido literal de lo que se nos dice por los medios, el proceso continúa con buenos aires. Ya se habla de un ferry que enlazará a Cuba con los Estados Unidos y muchas medidas de apertura más que se irán descubriendo a medida que pasen los meses. "El camino es de varios cordeles de largo". –me dijo un campesino la semana pasada; y luego de una pausa continuó: "Ya dimos el primer paso. Eso indica que estamos aprendiendo a caminar".

 

Pedro Armando Junco

 

 

 

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