lunes, 26 de agosto de 2013

Pan al pan y vino al vino



Un serio amigo me contaba su discusión con una dama administrativa nombrada Laura. Según su testimonio, llegados ambos al consenso de que la dirigencia comete errores garrafales –él, aseverando la corrupción y la ineptitud de muchos, y ella doblegando su postura al hecho de que aquellos que dirigen llevan atadas las manos para las más insignificantes determinaciones –encontró esta como salida a su mala gerencia diciendo que “lo que más aborrecía en su vida era ser dirigente”.
Como mi amigo es de esas personas suspicaces y francas al extremo, se echó a reír en su propia cara. No querer ser dirigente en Cuba es un acertijo tan difícil de hilvanar como aquella vez cuando, en el programa de Amauri Pérez, el historiador Eusebio Leal aseveró ser cristiano y marxista al mismo tiempo.    
La discusión fue subiendo de tono y mi amigo le propuso ocupara el lugar de un obrero suyo, de esos que andan a pie, ganan apenas diez dólares mensuales y no cuentan con una cuota de alimentos extra –el llamado módulo alimentario que reciben militares y dirigentes –, entre otro montón de prebendas. Y para colmo la remató:
–Compañera Laura, la hipocresía tiene su límite. Más allá de ese límite, se llama descaro.

Cuento esta anécdota porque en el mundillo de la dirigencia cubana lo que más abunda son los abdómenes prominentes y los rostros mofletudos. Aunque es válido aclarar el no a la generalidad, ya que existen panzudos que dirigen bien y esqueléticos que son un desastre, es imposible negar la razón a la directiva que fustigó el caso de las manos atadas en la administración; pero tampoco es mentira que el acomodamiento y la ineptitud señalados por mi amigo dejen de ser la peor de las rémoras que arrastra la dirección administrativa de este país.
Sin embargo, mi criterio generaliza e incrementa las causas en la conjunción de todos los factores: los ya citados y otros muchos más. Me atrevo a colocar entre los más significativos la poca implicación del pueblo en las opiniones a escuchar y llevar a cabo. En una esquina al azar, donde conversen dos o más personas, puede escucharse el discernimiento privativo de cualquier persona que sobrepasa los límites del criterio oficial y que sería digno de escuchar y tenerse en cuenta. Nuestro pueblo de hoy es un pueblo con mayoría ilustrada a pesar de la zaga vulgar que nos lastra como sociedad general. Y esa población culta y consciente del desequilibrio social que estamos padeciendo contiene una riqueza medular en personas sumamente intuitivas que si se les permitiera la voz pública, ofrecería criterios muy convenientes a tener en cuenta.
Por el contrario, somos impotentes ante directrices a veces dantescas; callamos por la falta de voz ante ejecuciones perniciosas y poco populares, que dan motivo para pensar en el muy reducido número de cerebros que determina lo que ha de hacerse en el gigantesco monopolio estatal y lo muy poco aptos que son dichos encéfalos para conseguir el buen funcionamiento de la sociedad. Y como ejemplo puedo escoger un fiasco de dirección que en estos momentos está afectando a toda la ciudad de Camagüey: las llamadas obras de reestructuración del Casco Histórico camagüeyano para saludar el 500 aniversario de su fundación.
El Casco Histórico de Camagüey está intransitable. Se pretende ejecutar en menos de un año lo que desde hace decenios se pudo venir haciendo. Si nuestros dirigentes conocían que la ciudad cumplirá 500 años el 2 de febrero de 2014, ¿por qué no comenzaron las obras poco a poco desde el año 2000 o desde mucho antes? El resultado no se hará esperar el día del cumpleaños. Quise apostar con alguien que para esa fecha el proyecto de los cines no estará culminado, pero no aceptó el reto; y de estarlo, todo será un maquillaje para los festejos y luego arrancar los cosméticos y buscar la manera de una seudoterminación, no importa cuánto tiempo después y lo mal hecha que resulte. 
Apruebo con aplauso la obra hidráulica que hubo de esperar por Tapia –nuevo Secretario del Partido en la provincia –para acometerse. Pero romper tantas arterias importantes del Casco Histórico a un mismo tiempo, es poco menos que un sabotaje a la ciudad y a los que nos movemos en ella. Además de esto se desarrollan los proyectos de embellecimiento que han dado al traste con los parqueos, el cruce automovilístico y la viabilidad peatonal; así que dentro de poco, para asistir a la escuela o la policlínica tendremos que trasladarnos en helicópteros.
Al parecer lo que se pretende es un baño cosmético en el centro de la ciudad para el ojo turístico, no importa que cientos de viviendas amenacen derrumbarse de un momento a otro, continúen las calles en deterioro tal que hasta las rutas de ómnibus se hayan desviado, el deambular de mendigos alcohólicos callejeros vaya in crescendo, etc., etc., etc.
Por eso reitero lo impostergable que es conversar con el pueblo. La población está molesta, enfadada, harta con este lastre más, encima de las tantas penurias que soporta. Los “tanques pensantes” de estos macro proyectos nunca tienen en cuenta al ciudadano de a pie, que es la verdadera razón de ser de una sociedad. “Cada uno a su negocio”, porque no hay nadie a quien le esté permitido colocar un “pero”. La prensa que llega al pueblo, la oficialista, en su totalidad: radial, televisiva y escrita, continúa lamiendo zapatos sucios para luego decir que se ven lustrosos. Apenas hay algún periodista oficial que se “extralimita” y enseña el collar, pero se cuida mucho de mencionar el perro. El nuevo espacio radial y televisivo del Secretario del Partido ha creado buenas expectativas, pero solo el tiempo dirá si los resultados son los que la población espera.

Todo lo contrario ocurre con los blogueros de Internet: pueden emitir críticas y recibirlas. Cada cual es el propio editor y responsable de sus enunciados. No existe la censura cuando se echan al ciberespacio las ideas, y a los que reciben el mensaje les está permitido ripostar al momento y de forma directa: maravillosa perspectiva del siglo XXI. ¡Pero la población cubana no tiene cómo llegar a ella, ni siquiera cómo buscarla!
Algunos amigos que siguen mi blog señalaron críticamente el elogio al plan vacacional que la UNEAC nos ha facilitado. Hubo hasta quien insinuó haberme dejado comprar. El respeto por la opinión ajena, lejos de ofender, me enaltece. Hasta siento complacencia por el celo de esas personas que en otros momentos han catalogado mis artículos como valientes y arriesgados. Pero decir la verdad ha de ser siempre mi postura.
Lo bueno hay que mencionarlo también. Y si algo hallo censurable en mi comentario anterior es haber callado que ser miembro de la UNEAC es, en definitiva, un privilegio. Pero siempre un privilegio muchísimo menor que el que disfrutan otros por su condición de directivos que no son artistas ni escritores.
Quien sueñe con la preeminencia de sobrevivir, aunque sea unas décadas, después de su paso por la tierra, teniendo en cuenta la alta velocidad de la evolución social que acelera el mundo de hoy, persevera en la virtud…, o renunciando al sueño del reconocimiento póstumo, abdica de ella para intentar colarse en el mundillo de Laura. Mi anterior comentario de elogio a las cabañas de la UNEAC puede servir como ejemplo de la imparcialidad permanente de mis bloguerías. Porque lo que justifica el derecho a exponer criterios provechosos es llamarle pan al pan y vino al vino.

Pedro Armando Junco

1 comentario:

  1. Hermano,formidable artículo me has mandado,muchas gracias,lo publicare en Facebook para q mis amigos lo disfruten,siempre los publico y tienes seguidores,hay algo q señalas q es la postura d la población q en cualquier esquina se pronuncia y dejas entrever q no es así cuando hay q decírtelo al perro d frente pero llamando al pan pan y al vino vino no podemos olvidar los fusilamiento y campos d concentración dirigidos por el mismo perro,lo positivo en esto es la nuevas generaciones q no lo vivieron y serán quien le diga perro al perro,pan al pan y vino al vino....
    Un abrazo y felicidades,Luis Carracedo Roque.
    Junco este es el texto del correo q no recibiste.

    ResponderEliminar