Una lisonjera noticia

Debo comunicar a mis estimados seguidores que el pasado jueves 6 de febrero fui galardonado con el Premio de la Ciudad 2014, en el género narrativa, con mi libro inédito “Crónicas de un pueblo pequeño”.

Es una recopilación de remembranzas de la pequeña villa rural donde me hice hombre, llevadas a relato literario. En sus páginas deleito la imaginación con anécdotas, crónicas y leyendas de ese y otros lugares aledaños, que se convierten en el eje central de casi todos los cuentos.

Siempre he pensado que un narrador debe sustentar en su fuero interior el compromiso de escribir sobre el pueblo que lo vio crecer, no solamente porque será allí donde siempre pueda descubrir leña para su hoguera intelectual, sino porque a ese sitio sagrado se deben las ricas experiencias que, quiéralo o no, aparecerán a lo largo de toda su obra literaria.

En mis Crónicas de un pueblo pequeño –mi Arroyo Blanco natal –doy rienda suelta a todos los colores que la imaginación para concebir sus personajes, riendo siempre de sus ocurrencia y tropiezos, burlándome de los prejuicios sociales que nos subyugan hasta hoy y dando libertad a la hilaridad más cruda que pude concebir.

Por eso, en esta semana de festejos por el Premio, no he querido colgar en mi blog el trabajo crítico acostumbrado. Tiempo nos queda y de material está cuajada la cantera. Espero la publicación salga este año y cada uno de ustedes tenga un ejemplar en sus manos para reír conmigo las ocurrencias que un amigo imaginario me pidió le escribiera.

Pedro Armando Junco