martes, 27 de enero de 2015

¿Los buenos buenos?

El miércoles 21 de enero, el camión en que viajaba de regreso a la ciudad fue requisado a las cinco de la tarde en el punto de control de la carretera de Santa Cruz del Sur.

Antes de llegar al sitio conversaba con otros pasajeros sobre las requisiciones que se han incrementado últimamente en dicho lugar –desconozco si en todos los puntos de control del país sucede lo mismo –. Y hasta me atreví a decirles:

–Hoy no nos registrarán. Hoy se están llevando a cabo las conversaciones de concordia y entendimiento entre Cuba y los Estados Unidos.

Lo expresé con toda sinceridad, porque los mensajes que nos hicieron llegar desde sus tribunas los presidentes de ambos países fue un mensaje de paz y de ardientes deseos por sacar adelante a la sociedad cubana, que tanto lo necesita. Podía agregar además el júbilo con que más del 90 por ciento de la ciudadanía acogió los acuerdos y, teniendo en cuenta que la Revolución es del pueblo, que desde hace años se viene promoviendo por nuestro presidente un cambio de mentalidad en la directriz nacional y en toda la población, que era precisamente ese día cuando se estaban negociando cuestiones claves sobre la gran cantidad de convenios acordados, quedaba completamente fuera de lugar una requisa para incautaciones arbitrarias. 

El chasco fue tremendo. Estaban requisando a todos los vehículos que cruzaban desde o hacia Camagüey. A nuestro camión de pasajeros subió un par de policías gruesos y grandes, idénticos a los atletas de lucha greco-romana. Uno de ellos, al cruzar la puerta de entrada, antes de comenzar la inspección dijo muy alto, para que todos escucháramos:

–¡Este año vengo que no creo ni en camarones ni en pescados!

Y acto seguido fue apretando maletín por maletín de cada pasajero como suyos, al mismo tiempo que iba preguntando a quiénes pertenecían. Por último, al no encontrar lo que buscaban, bajaron del camión a un jovencito que traía dos porrones de puré de tomate. Lo bajaron del camión y lo dejaron detenido. El camión continuó viaje y fue entonces cuando escuché a los pasajeros hablar de las arbitrariedades y falta de compostura de los dos policías. Todos habíamos callado cuando debimos protestar, incluso yo. Sentimos miedo a enfrentarnos a los dos gigantes para al final, como siempre sucede, perder el pleito. Ellos siempre tienen la anuencia de sus superiores.

En términos legales, ¿esa arbitrariedad del registro en público no está vedada en nuestras propias leyes? ¿Es que ya no basta con prohibirle al pueblo comer carne de res, langostas y camarones, sino que ahora también van a prohibir comer pescado y transportar puré de tomate? ¿Puede considerarse ilícito que un ciudadano cualquiera transporte dos porrones de puré o cualquier otro tipo de mercaderías puestas a la venta libremente en cualquier sitio del territorio nacional?

El pueblo comenta que la obesidad de algunos funcionarios se debe a esas requisas arbitrarias, porque no todo lo decomisado va a parar a los círculos infantiles, hospitales, ni a casas de abuelos. Pero, además, ¿qué daño puede causar a la sociedad que un ciudadano cualquiera se busque la vida en cualquier negocio que apenas le proporcionará el pan de cada día?

¿Jorge Luis Tapia sabe de esas arbitrariedades? No lo creo. Un hombre que desde que llegó a esta provincia no ha hecho más que ocuparse de encaminar el inmovilismo en que estábamos sumidos, debería tener sobre su buró esta queja. Y más aún. Recuerdo cuando nos pidió a los intelectuales proyectos para el desarrollo. Hace tiempo estoy trabajando en un proyecto vial que pienso enviarle muy pronto. Pero ahora se me ocurre una sugerencia adicional: ¿por qué no se les ofrece a esos policías obesos una caballería de terreno, se le facilitan créditos para herramientas y semillas y se les compra todo el puré de tomate que, junto a su familia, sean capaces de producir en su finca, para que conozcan verdaderamente el sacrificio de la productividad? 

Debemos hacerles conocer a cada uno de estos uniformados, cuyos sueldos solventa la sociedad en pleno, que ellos existen para proteger, para dar asistencia, para cuidar los intereses del ciudadano, para tratar con benevolencia aun cuando se cometa un delito; no para esquilmar como a mansas ovejas una población que "lucha" el peso diario para malamente alimentarse. En un país sumido en la incapacidad industrial y agropecuaria, el derecho a sobrevivir gracias a cualquier pequeño negocio, debe entenderse válido.

Hace algunos años veíamos por la televisión un comercial donde un niño se acercaba a un policía y le gritaba: "¡Policía, policía, tú eres mi amigo!".¿Es válido esto en referencia al punto de control de la carretera de Santa Cruz del Sur? ¿En realidad estos tipos de agentes son los buenos buenos?

 

Pedro Armando Junco



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2 comentarios:

  1. LOS PERROS DE DOS PATAS
    En la Florida están prohibidas las peleas de perros. A veces descubren un lugar de peleas, incautan el lugar, apresan a los dueños y se llevan los perros que mantienen como en una granja donde los alimentan y los entrenan para pelear.
    Generalmente los perros que usan en las peleas son de la raza Pitbull. Como tal, no son fieros y hacen buenas mascotas si se crían en un ambiente doméstico.
    Los animales que recogen en las calles, perros, gatos y todo tipo de animales son llevados a un albergue de la Sociedad Protectora de Animales. Allí los ve un veterinario que determina si tiene posibilidades de sobrevivir. Si el animal está sano, les ponen en unas jaulas esperando que alguien los adopte.
    En el caso de los perros, les hacen unas pruebas a ver si son sociables. Una de ellas es meter una mano de goma que sostienen en la punta de un palo en la comida del perro cuando este está comiendo a ver cómo reacciona. Hacen pruebas a ver cómo reaccionan ante otros perros. Si el perro no es sociable, lo ponen a” dormir”. No se puede correr el riesgo de que ataque a algún miembro de la familia u otra mascota en la casa que lo quiere adoptar.
    Pienso en los perros de dos patas que la Revolución del Comandante ha entrenado para que los mantenga en el poder. Son los abusadores en los puntos de control, que les quitan los pocos alimentos que la gente puede conseguir, arrastran por el pelo a las Damas de Blanco, patean y golpean a los opositores que están hartos ya de la Revolución que no resuelve nada y de oir hablar del Imperialismo, que si resuelve.
    Me pregunto si los perros de dos patas del Comandante-les llamo ”perros” no en forma peyorativa ni irrespetuosa, simplemente atendiendo a la fiereza, ceguera y fidelidad con que cumplen órdenes-podrán pasar las pruebas para adaptarse a los parámetros de la nueva sociedad que se avecina. En realidad son unos infelices dignos de lastima, ciegos de odio y de rencor injustificado instigado por sus amos y que vuelcan hacia aquellos a quienes tienen que abusar. ¿Qué harán cuando desaparezcan los amos que los entrenaron y les daban las órdenes?
    Me pregunto si estos “perros de dos patas” serán recuperables y utilizables en la nueva sociedad. Me pregunto si no habrá que poner algunos a “dormir”, como hacen con los Pitbull de la Florida, al no ser adaptables a los nuevos parámetros de una sociedad a los que ellos no están acostumbrados.
    Creo que esto debía servirles de reflexión, si vale la pena seguir machacando a los que están hartos de todo aquello y quieren un cambio para poder vivir una vida normal.

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  2. LA COMPAÑERA BERTA
    Los compañeros Castro no saben nada de política, ni de economía, ni de leyes sociales ni de ningún tipo, pero hay que reconocer que en la subversión, la intimidación, la desestabilización, la insidia, el espionaje y este tipo de actividades tienen el uno a nivel mundial.
    Mataron a Laura Poyan con unos “arañazos” que le ocasionaron la muerte y prepararon el terreno para introducir Berta Soler después de convertirla en “compañera”. Ahora la compañera Berta está destruyendo el movimiento de las Damas de Blanco para que los americanos vean que la supuesta oposición no es más que un “grupúsculo” desorganizado que recibe dólares de los Estados Unidos y que no son una verdadera oposición. La oposición mejor organizada en Cuba, que era el movimiento de las Damas de blanco, se han convertido en un grupo desorganizado, peleando entre ellas, que no representa ninguna oposición verdaderamente. Quieren hacer creer a los americanos y al mundo que el pueblo de Cuba apoya al Comandante en Jefe y su Revolución incondicionalmente, como un bloque monolítico, frente al Criminal Bloqueo Imperialista y las Constantes agresiones de la mafia de Miami que ha impedido la formación del Hombre Nuevo, cuya tarea habría sido hacer riquezas con la conciencia, dentro del marco de la Emulación Socialista y basado en el Trabajo Voluntario. Los compañeros de La Habana son geniales. Vamos a ver qué piensan los americanos.

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