miércoles, 11 de marzo de 2015

Frases para recordar

Si algo me permito aconsejar a los noveles escritores es la utilización de las "frases relámpagos". Y si estas frases relámpagos pertenecen a su autoría, mejor aún. Esto puede ser válido tanto para la narración como para la poesía, sin marginar el periodismo.

Soy de la opinión que la literatura actual en nuestro país es entendida erróneamente por muchos autores como la necesidad de ofertar al lector la idea de que quien escribe es una persona de alta cultura, conocedor de un sinnúmero de personalidades –muchas de ellas desconocidas por el gran público –, y citarlas a carretilla con sentencias brillantes, olvidando por completo colocar las propias en el texto que, a fin de cuentas, serán quienes califiquen al autor.

La sencillez tanto en la prosa como en el verso, si está usada con arte, prende por sí sola: "Es tan corto el amor y es tan largo el olvido". Pablo Neruda.

Claro que estoy de acuerdo en que las frases célebres aparezcan metódicamente para calzar el criterio del que escribe, ya que en ellas, por lo general, va implícito el mensaje universal de alguna idea nunca antes dicha de esa manera y que, casi siempre, brinda desiguales vertientes de criterios. Pero la pifia radica en traerlas agarradas por los pelos con el único propósito de mostrar cuánto hemos leído y cuánto conocemos del ámbito cultural.

Nunca he gustado más, sobre todo en mi blog, que colocar citas de José Martí, héroe indiscutible de la Patria, pensador supremo de Cuba y, posiblemente, de toda Latinoamérica. Porque nuestro Apóstol pertenece tanto a la iconografía de los cubanos de izquierda como a los cubanos de derecha dentro del país  y allende el mar. Del lado de acá del Estrecho se le conoce, inclusive, como el Autor intelectual del asalto al cuartel Moncada; del lado de allá, la emisora más odiada por el Gobierno Revolucionario lleva su nombre. Y me gusta citarlo por eso, para que no nos lo tuerzan ni de un lado ni del otro.

Y sucedió recientemente que cayó en mis manos una revista nombrada Convivencia, de perfil opositor, pero con buenos artículos periodísticos. Y al buen periodismo hay que aplaudirlo venga de donde venga, como se ha de echar a un lado el fabricado de consignas gastadas. En esta revista aparece la conferencia magistral del canciller español José Manuel García-Margallo, exponiendo sus experiencias durante la transición en España después del franquismo. Y como en Cuba estamos en período de transición, acéptese o no por los extremistas –el hecho de poder escribir este artículo sin temor a represalias verticales es un baluarte a mi criterio –, no puedo pasar por alto frases que, sin ser propias del canciller, trajo a colación en su discurso.

La primera de estas citas que, a propósito, corrobora lo que acabo de decir, fue una sentencia del novelista ibérico Miguel Delibes: "antes te obligaban a escribir lo que no sentías, ahora se conforman con prohibirte que escribas lo que sientes". Esto nos viene como anillo al dedo, puesto que todavía la prensa cubana continúa permeada por lineamientos partidistas y excluye todo criterio que intente el cuestionamiento más ínfimo. Aún los directivos que tienen que ver con este desajuste antidemocrático no acaban de entender lo provechoso que sería una prensa respetuosa con criterios de oposición a lo mal hecho y a lo mal establecido. Todavía el calificativo opositor –afortunadamente sustitutiva de la anterior: gusano –aparece como un estigma en aquellos que pretenden el entendimiento más lúcido y civilizado. Por eso, la frase de Miguel Delibes escrita en medio de la transición española, tiene para Cuba plena vigencia.

En su conferencia magistral el canciller español descarga un diluvio de conceptos imposibles de reproducir en las escuetas líneas de este enunciado, pero algunos de ellos se revelan inadmisibles a pasar por alto, como es la primacía de la concordia en estrecho enlace con la diversidad de criterios. "Es necesario pasar de un régimen personal a un régimen de participación, sin rupturas y sin violencia".

La reconciliación nacional en España puede servirnos de ejemplo para la futura reunión de los cubanos: ausentes y presentes en la Isla. Y trae de inmediato a colación una cita del historiador y pacifista peninsular Salvador de Madariaga: "Los que antaño escogimos la libertad perdiendo la tierra y los que escogimos la tierra perdiendo la libertad nos hemos reunido para otear el camino que nos lleve juntos a la tierra y a la libertad". Este pensamiento es totalmente lapidario para nuestro futuro.

De esta conferencia, a pesar de traer solo mensajes de reconciliación y respeto en las exposiciones sobre experiencias vividas por el pueblo español luego de Franco, nada supo el pueblo de Cuba. No fue transmitida por la televisión, ni escuchada por la radio, ni publicada por la prensa escrita. Sin embargo, en ella estuvieron presentes altas personalidades de la diplomacia cubana que otras veces vemos pronunciar largometrados discursos en el espacio estelar del noticiero televisivo.

El canciller de España planteó, categóricamente, que no es preciso –para sacar adelante a un país –que toda la ciudadanía piense de igual manera, desee lo mismo, trabaje por lo mismo; sino todo lo contrario: en las argumentaciones disímiles se esconde el éxito, el desarrollo, no solo porque los seres humanos nada tenemos de autómatas, sino porque somos entes pensantes que para nada deben mantener idénticos criterios. En el brillante final de su exposición José Manuel García-Margallo concluye con las siguientes palabras del conocido filósofo y ensayista español Julián Marías:

"Los españoles no estamos de acuerdo –gracias a Dios –. Ningún pueblo lo está. El desacuerdo es inevitable y maravilloso, siempre que no roce la concordia, la decisión inquebrantable de no romper la convivencia"

 

Pedro Armando Junco    

 

1 comentario:

  1. ¡Qué lindo! Una selección de frases estupenda, son cortas pero con un gran significado.

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