sábado, 28 de septiembre de 2019

Una felicitación para Teatro del Viento



Fue sorprendente para mí asistir a una puesta en escena del Teatro del Viento, en la que su director Freddys Núñez Estenoz rescata, de la casi olvidada memoria histórica de la Revolución, una de sus tantas aristas de frustraciones: el descalabro educacional de las escuelas en el campo.
Sucedió en los festivos años de “las vacas gordas”, en los que solo había que abrir la boca y pedir a la Unión Soviética lo que se quisiera; y esta, madre solícita, como en el cuento de Aladino frotaba una lámpara, sacaba su genio y de inmediato complacía.
Recuerdo aquel famoso discurso en el que alguien hablaba de las escuelas que en determinados períodos llevaban sus alumnos al campo, y lleno de entusiasmo radicalizó que, a partir de allí, no serían escuelas al campo, sino escuelas en el campo.
En aquellos años se buscaba crear al hombre nuevo: honrado, trabajador, comunista, ateo y macho remacho, pues para los maricones, los creyentes y los revisionistas no quedaba un resquicio siquiera en la sociedad cubana. Y así surgieron las edificaciones becarias de Sola en Camagüey, paralelas a otras comunidades idénticas en otras provincias.  
Por eso me impele colgar en mi blog este pequeño comentario de elogio para la obra teatral de Freddys Núñez cuyo guión saca de la oscuridad algunos detalles de los años en que nuestros adolescentes tenían que marchar becados a esos lugares difíciles y lejanos si pretendían alcanzar la Universidad y soportar tantas injusticias y atropellos, imposibles de acomodar en una o dos horas de escena teatral. Pero Núñez Estenoz alcanzó con pinzas los dos más comunes dolores de esa locura gubernamental: el abuso sexual y el suicidio. Claro que en la obra también afloran la corrupción, el abandono y el éxodo, sin pasar por alto el fracaso económico ante la pretensión de convertir aquellos muchachos de apenas tres lustros de vida, en campesinos cosecheros de cítricos (hoy Sola, igual que el resto del país, es un bosque de marabú), y el fiasco político del utópico sueño comunista.
Claro que no cabía en la puesta en escena el padecimiento y costo económico de los padres cada domingo al tomar un camión, antaño acarreador de ganado, para llegar a Sola cargados de alimentos, con el fin de paliar ese día el hambre que pasaban sus infantes en los comedores.
Lamentablemente yo fui uno de esos padres. Mi pequeño Mandy –el hijo que me asesinaron unos vándalos hace cuatro años–, desde los trece hasta los quince años sufrió también la pesadilla de Sola; pero varón y con chispa, a fin de cuentas se adaptó y cursó el preuniversitario allí tomando por piscina el tanque de agua del edificio y bañándose en calzoncillos junto a dos jovencitas en blúmeres hasta que fueron descubiertos y tuve que dar la cara, pues esa agua no solo era para la limpieza y los baños, sino también para la cocina y para beber.      
¡Bravo por Freddys Núñez Estenoz! Llegue también mi calurosa felicitación a su elenco de actores. Pero si el propósito de este dramaturgo es llevar al papel y a la escena los garrafales errores de la Revolución en el poder; que Dios le dé salud y larga vida a ver si lo consigue. Pues hay muchos montajes en espera sobre tantas barbaridades administrativas llevadas a cabo sin prever las consecuencias adversas y difamatorias: el cordón de café caturra de La Habana; el cruce de las razas de ganado empírico con holstein (F1, F2); la zafra de los diez millones; la confiscación indiscriminada de todas las haciendas mayores de cinco caballerías en octubre de 1963, que convirtieron las tierras productivas de Cuba en maniguales; la nacionalización de hasta la última bodeguita y timbiriche privado… ¡Y tantas más!
Sí, amigo Freddys, cuando te felicité anoche al terminar la obra, no me reconociste. Ahora te digo, con entera sinceridad: ¡Nos queda todavía mucho por contar como verdaderos e imparciales historiadores de la Revolución Cubana!

Pedro Armando Junco



2 comentarios:

  1. Desgraciadamente, los nuevos amos de Cuba gritan con orgullo que ellos son ¨continuidad¨ de toda esa mierda en que se convirtión la Revolución Cubana. Pero bueno, el Criminal Bloqueo Imperialista y las Constantes Agresiones de la Mafia de Miami cargan con la culpa de los desatinos del Sabelotodo en Jefe, que ahora la nueva clase en el poder continua.

    ResponderEliminar
  2. Desgraciadamente, los nuevos amos de Cuba gritan con orgullo que ellos son ¨continuidad¨ de toda esa mierda en que se convirtió la Revolución Cubana. Pero bueno, el Criminal Bloqueo Imperialista y las Constantes Agresiones de la Mafia de Miami cargan con la culpa de los desatinos del Sabelotodo en Jefe, que ahora la nueva clase en el poder continua.

    ResponderEliminar