Fue sorprendente
para mí asistir a una puesta en escena del Teatro
del Viento, en la que su director Freddys Núñez Estenoz rescata, de la casi
olvidada memoria histórica de la Revolución, una de sus tantas aristas de frustraciones:
el descalabro educacional de las escuelas en el campo.
Sucedió en los
festivos años de “las vacas gordas”, en los que solo había que abrir la boca y
pedir a la Unión Soviética lo que se quisiera; y esta, madre solícita, como en
el cuento de Aladino frotaba una lámpara, sacaba su genio y de inmediato
complacía.
Recuerdo aquel
famoso discurso en el que alguien hablaba de las escuelas que en determinados
períodos llevaban sus alumnos al campo, y lleno de entusiasmo radicalizó que, a
partir de allí, no serían escuelas al campo, sino escuelas en el campo.
En aquellos años se
buscaba crear al hombre nuevo: honrado, trabajador, comunista, ateo y macho
remacho, pues para los maricones, los creyentes y los revisionistas no quedaba
un resquicio siquiera en la sociedad cubana. Y así surgieron las edificaciones
becarias de Sola en Camagüey, paralelas a otras comunidades idénticas en otras
provincias.
Por eso me impele
colgar en mi blog este pequeño comentario de elogio para la obra teatral de
Freddys Núñez cuyo guión saca de la oscuridad algunos detalles de los años en
que nuestros adolescentes tenían que marchar becados a esos lugares difíciles y
lejanos si pretendían alcanzar la Universidad y soportar tantas injusticias y
atropellos, imposibles de acomodar en una o dos horas de escena teatral. Pero
Núñez Estenoz alcanzó con pinzas los dos más comunes dolores de esa locura
gubernamental: el abuso sexual y el suicidio. Claro que en la obra también
afloran la corrupción, el abandono y el éxodo, sin pasar por alto el fracaso
económico ante la pretensión de convertir aquellos muchachos de apenas tres lustros
de vida, en campesinos cosecheros de cítricos (hoy Sola, igual que el resto del
país, es un bosque de marabú), y el fiasco político del utópico sueño
comunista.
Claro que no cabía
en la puesta en escena el padecimiento y costo económico de los padres cada
domingo al tomar un camión, antaño acarreador de ganado, para llegar a Sola
cargados de alimentos, con el fin de paliar ese día el hambre que pasaban sus infantes
en los comedores.
Lamentablemente yo
fui uno de esos padres. Mi pequeño Mandy –el hijo que me asesinaron unos vándalos
hace cuatro años–, desde los trece hasta los quince años sufrió también la
pesadilla de Sola; pero varón y con chispa, a fin de cuentas se adaptó y cursó
el preuniversitario allí tomando por piscina el tanque de agua del edificio y
bañándose en calzoncillos junto a dos jovencitas en blúmeres hasta que fueron
descubiertos y tuve que dar la cara, pues esa agua no solo era para la limpieza
y los baños, sino también para la cocina y para beber.
¡Bravo por Freddys
Núñez Estenoz! Llegue también mi calurosa felicitación a su elenco de actores.
Pero si el propósito de este dramaturgo es llevar al papel y a la escena los
garrafales errores de la Revolución en el poder; que Dios le dé salud y larga vida
a ver si lo consigue. Pues hay muchos montajes en espera sobre tantas barbaridades
administrativas llevadas a cabo sin prever las consecuencias adversas y
difamatorias: el cordón de café caturra de La Habana; el cruce de las razas de ganado
empírico con holstein (F1, F2); la zafra de los diez millones; la confiscación indiscriminada
de todas las haciendas mayores de cinco caballerías en octubre de 1963, que convirtieron
las tierras productivas de Cuba en maniguales; la nacionalización de hasta la
última bodeguita y timbiriche privado… ¡Y tantas más!
Sí, amigo Freddys, cuando
te felicité anoche al terminar la obra, no me reconociste. Ahora te digo, con
entera sinceridad: ¡Nos queda todavía mucho por contar como verdaderos e
imparciales historiadores de la Revolución Cubana!
Pedro Armando Junco
Desgraciadamente, los nuevos amos de Cuba gritan con orgullo que ellos son ¨continuidad¨ de toda esa mierda en que se convirtión la Revolución Cubana. Pero bueno, el Criminal Bloqueo Imperialista y las Constantes Agresiones de la Mafia de Miami cargan con la culpa de los desatinos del Sabelotodo en Jefe, que ahora la nueva clase en el poder continua.
ResponderEliminarDesgraciadamente, los nuevos amos de Cuba gritan con orgullo que ellos son ¨continuidad¨ de toda esa mierda en que se convirtió la Revolución Cubana. Pero bueno, el Criminal Bloqueo Imperialista y las Constantes Agresiones de la Mafia de Miami cargan con la culpa de los desatinos del Sabelotodo en Jefe, que ahora la nueva clase en el poder continua.
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