domingo, 24 de mayo de 2020

Agradecimiento

Quiero agradecer a quienes han comentado o pinchado un "me gusta" a
mis escritos, especialmente al redactado el 21 de mayo: "Un comentario
más". Por supuesto, exonero a ese grupo de amigas y amigos temerosos
de verse comprometidos con mis críticas, que se mantienen al margen y
se limitan a dar "me encanta" solo a mis poemas.
Me es gratificante sentir la aprobación de esa cantidad de personas
que ven en mi muro su voz, cuando por múltiples razones no publican
sus inquietudes en las redes de Facebook. Agradezco al que, con suma
modestia y cuidado, me señala una falta ortográfica o de composición
de la que no estoy exento debido a la premura con que redacto, o al
que se preocupó al no ver entrecomillada la palabra "mafia"… Y me
detengo aquí, porque al observar en los reportajes televisivos el
decomiso a estos ilegales cuentapropistas y notar como los entusiastas
policías cargaban personalmente las mercaderías incautadas, hasta dudé
a quien poner las comillas; y opté por eliminarlas.
Sigo pensando que a estas personas acaparadoras les cabe muy bien el
calificativo de capitalistas aprovechados de la situación, porque así
funciona ese injusto sistema de los acaudalados en el mundo; y no lo
digo yo, lo dijo Churchill: "El capitalismo es la desigual
distribución de la riqueza. El comunismo es la equitativa distribución
de la miseria". Pienso que hasta el último cubano mayor de veinte años
residente en la Isla, concuerde conmigo en que, gracias a esas
ilegalidades, la población de este país –excluyendo a la clase
dirigente– ha podido encontrar lo más insignificante necesario "en
estos elementos que se aprovechan y roban al pueblo". Ahora sí van
entrecomillados, ¿eh?
Hoy, no sé…; me he sentido hondamente preocupado por la escasez de
alimentos que ya se registra en toda la población. Encajada entre ceja
y ceja ha golpeado en mi memoria aquella página oscura de la época de
Stalin cuando, con un sadismo sin precedentes, hizo morir de hambre a
ocho millones de ucranianos saqueando sus reservas alimentarias. Y
digo esto, porque sin dejar de ser enemigo del robo y la indisciplina
social, no vivo ajeno al bloqueo interno que nos reduce la dirección
del país al perseguir a cada productor que evada el monopolio estatal
impidiéndole hacer de lo suyo lo que le venga en ganas y, como en la
época de los vegueros del siglo XVIII, los someten a la ley del
embudo, en franca y deliberada pretensión de acaparar la totalidad de
alimentos y hasta la última clase de mercancías, para luego
distribuirlas "equitativamente" a la población a precio de Shopping o
su similar, en los mercados.
Pienso que se está actuando contrariamente a lo correcto. Se frena el
empuje del productor al limitar su capacidad de enriquecerse y se le
da vida a elementos burócratas que, detrás de una fachada de
distribuidores justos, no son otra cosa que parásitos sociales.

Padro Armando Junco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario